William y Kate, la boda del siglo

El inminente enlace entre el Príncipe William de Inglaterra y su prometida Kate Middleton ha vuelto a desatar la fiebre por el seguimiento masivo de este tipo de acontecimientos, pues a pesar del carácter actual y noticiable del evento, no hay que olvidar que las bodas reales siempre han sido calificadas como “bodas del año”, debido a la expectación que generan como fenómeno sociocultural y debido a su constitución como hecho histórico en sí mismas.

William y Kate (365noticias.com)

Además, resulta obvio que el propio despliegue del acto y toda la parafernalia que lo rodea suscita siempre curiosidad y admiración. Al menos así ha venido pasando desde la primera boda retransmitida por televisión, la de la reina Isabel Segunda, que  contrajo matrimonio con el duque de Edimburgo, en 1947, y que fue seguida por 200 millones de personas en todo el mundo.

Isabel II (hola.com)

Años después, tuvo lugar el evento conocido como “La Boda del Siglo XX”, a nivel mundial. Éste fue la formalización del matrimonio entre Diana Spencer, Lady Di, y el Príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, cuyo “sí quiero” fue seguido por un total de 3.500 personas que se congregaron en el templo y por unos 750 millones de espectadores que lo hicieron por televisión.

Diana y Carlos (libertaddigital.com)

En nuestro país, sin embargo, el enlace del siglo fue el que protagonizaron nuestros actuales monarcas, Don Juan Carlos y doña Sofía, en 1962, cuya relevancia congregó a de 140 miembros de 27 monarquías. Aún así, el seguimiento del acto, debido a las limitaciones tecnológicas, fue superado con creces por la boda de los Príncipes de Asturias, que obtuvo una audiencia de más de 25 millones de espectadores, y por la de las infantas Cristina y Elena, que registraron 22 y 21 millones de seguidores, respectivamente. 

Letizia y Felipe (starmedia.com)

La Infanta Elena (diariocritico.com)

La Infanta Cristina e Iñaki (elle.es)

Pero, para Kdo, cada una de nuestras parejas de novios representa la boda del año, ya que vosotros sois especiales y nos pedís cosas diferentes. Por eso, os queremos dar las gracias, pues nos permitís trabajar como nos gusta: sin parar de crear e inventar.